martes, 31 de agosto de 2010

Primer descerebramiento mundial y la paz que le siguió




(Instrumental)

i. La ira de los mansos
ii. El orden de los factores
iii. La paz, el clinamen



(Carlos Arboleda López.  Madrid, España.  2002.)


lunes, 30 de agosto de 2010

viernes, 27 de agosto de 2010

Kitsune


Buscando tanto tiempo una señal
buceando tan profundo siendo el mar
alzando el vuelo, alas de cormorán
clavando cada pluma en cada vendaval
y al final, kitsune
dónde estás
bijou

mutante forma, espléndido animal,
la savia en un segundo, un tiempo mineral
la magia del poeta, su reino de clochard
el circo de las sábanas, una estatua de sal
y al final, kitsune
derramar
tu luz

las dunas del desierto cambian de lugar
escucho el mismo pulso, un barco sin sonar
las marcas en las manos, de Jano el vigilar
rasgando las cortinas, las máscaras de gas
y al final, kitsune
descubrir
tu faz.


(Carlos Arboleda López. Madrid. 2003 - 2004.)






Efectos Kurosawa


Quisiera amarte

con el tiempo marcha atrás

sentir tu sangre

ver tus ojos y no hablar

oír tu voz

cálida y fría

sentir tu amor

de alfombra y vino

olvidar las razones

la posesión


no hay talismán

yo estaba y no estaba


un trabalenguas

es la llave del ritual

un arco iris

una zorra y un trigal

olvidarte

de ti

olvidarme

de mí

crucemos el espejo

que no es morir


no hay talismán

yo estaba y no estaba.





(Carlos Arboleda López. Quito. 1997.)





















jueves, 26 de agosto de 2010

Jirones

Ella se la pasa transcribiendo
limpio escriba asido a su papiro
a su cordel

 solo un par de manos en los hombros 
tiembla y abrazándose a sí misma 
es un bajel 
de papel 

 yo puedo diseñar 
no puedo descartar 
yo puedo defender 
no puedo ajustar 
ni arrancar 
ni acuñar 
descifrar 
sus jirones 

 era una palabra en Barcelona 
“un espíritu en esta botella
no entrará” 

 llora, nigromante desplazada, 
su futuro ciego, balaustrada 
de metal 
fe letal 

 yo puedo diseñar 
no puedo descartar 
yo puedo defender 
no puedo ajustar 
ni arrancar 
ni acuñar 
descifrar 
sus jirones.



(Jerez de la Frontera, Madrid, Barcelona. 2000.)





Exceso de equipaje


Tanto soñar despierto 
la promesa de un reino 
te marcó
te marcó 
un corazón abierto 
proclama su destierro 

tanto mentir 
tanto callar 
tanto esperar en tu lugar 

 tanto enviar postales 
que no recibe nadie 
te rompió 
te rompió 
el miedo es un tatuaje 
exceso de equipaje 

tanto mentir
tanto matar 
tanto ponerme en tu lugar. 


(Carlos Arboleda López. Quito. 2005.)









domingo, 22 de agosto de 2010

Sentido horario


Las horas dan más vueltas sin parar

y se van

tal vez no pierda el sentido de la eternidad

si te vas


la arena da siluetas de alguien más

que se va

tal vez no pierda el sentido toda sociedad

si te vas


como las grietas en un muro creceré

como patadas sobre un charco estallaré

en tu corazón

en tu corazón viviré

como un mar encallado

moriré desplazado por la telaraña del temor

a otro lugar

a este lugar


las ruedas dan más vueltas sin parar

y se van

tal vez no pierda el sentido de espacialidad

si te vas


como las hojas del otoño volverás

con el perfume del café renacerás

en mi corazón

en mi corazón vivirás

tiempo, rueda y arena

morirás apartada por esta maleta

que se va

a otro lugar

a este lugar.


(Carlos Arboleda López. Bertrange, Luxemburgo. 1999.)











Poder

Poder echarme a tus pies

poder sacarte el amor

poder pasar sobre tanta indiferencia

poder dejarte sangrar

poder dejarte marchar

poder echar abajo esta interferencia

poder romperte la piel

poder sentarme a esperar

poder burlarme de mi clarividencia

poder dejarte morir

poder dejarte callar

poder pintar mi cara y tener paciencia.


(Carlos Arboleda López. Quito. 1997)





Movimiento armónico simple


Amor clepsidra
amor de arena
tu tiempo se va
tu tiempo se va

huella en la playa
cuenco de cera
mi tiempo se va
mi tiempo se va

el ser que atrás de tus ojos
sigue su hambre de animal
viene y se va
viene y se va

amor de humo
amor de nieve
mi tiempo se va
mi tiempo se va

arpa tañida
piel primavera
tu tiempo se va
tu tiempo se va

hoy eclipse y ayer puente
era mi fascinación
viene y se va
viene y se va

amor de danza
amor de grito
el tiempo se va
el tiempo se va

péndulo y hacha
criba, tijera
el tiempo se va
el tiempo se va.



(Carlos Arboleda López. Quito. 2007.)






sábado, 21 de agosto de 2010

Arboledas, invierno


Arterias de qué corazón de carnes caídas

alvéolos de qué pulmones

raíces que sujetan este mundo al cielo

paredes de laberintos matemáticos

bocas y látigos del viento

con esa sombra de tierra que se come mis pasos:

crac crac crac

por qué esa alfombra roja

no soy tan importante

y sin embargo lato y respiro

soy hombre, animal, planta, mineral

me encuentro y extraño ese saber perderme

por qué el recibimiento

si también silbo y golpeo

y no consigo todavía

escapar de ésta, mi sombra

tan hecha de sombra.

crac crac crac.


(Carlos Arboleda López. Bertrange, Luxemburgo. 1998.)


(In)finita


Mujer más infinita que conozco 
cabes en el bolsillo más pequeño 
en la medida música 
te engullo toda, no dejo ni un bocado 
toda el hambre para ti 
espiral puesta en abismo 
inacabada hierogamia de tus fuerzas 
divergencia y convergencia de comisuras 
en ejercicio del beso
pupila acorazada entretejiendo cortezas 
almanaque suspendido 
huella de tus huellas 
sombra de tus sombras 

mujer más infinita que conozco 
sol y agua de mis medidos días 
te guardo como el horizonte al cielo o al desierto 
cabes en mí como este invierno 
en la punta del meñique. 


(Carlos Arboleda López. Bertrange, Luxemburgo. 1998.)

Sonata


Una mujer me alumbra estigmas:

de una mano sangro un par de violoncellos

de la otra, tres fonemas,

                                        dos sinapsis,

                                                              un cogote

por un pie se me escapa la filia a la fobia

por el otro, la fobia a la fagia

del costado se desgrana ceniza,

                                                    tres pinceles,

                                                                          las postales

de una tierra que fue mía, que me tuvo.


Una mujer protege dos acuarios tras sus ojos

yo me asomo, ratita borracha, hormiga sin antenas,

mas no encuentro pulpos,

                                          corales

                                                      o escafandras

ni tan sólo sirenas,

                              cofres,

                                         vientos alisios.


En su lugar me enfrento a Alfa Centauri y Betelgeuse

cortejándose calidoscópicas

en el poso de una taza de té

                                               distraídas,

                                                                intraterrenas,

                                                                                      olvidadas.


(Luego, la ciudad nos recibe

domésticos,

                    prosaicos,

                                     rutinarios

desterrados para siempre por un día.)


Luna tras luna, sin memoria ni ausencia

profesando devoción de sorites panza arriba

esta mujer me alumbra estigmas, peces, estrellas,

almas como hipos aturdidos,

banda de ladrones que se escapan piel adentro.


(Carlos Arboleda López. Madrid. 2001.)

viernes, 20 de agosto de 2010

Teoría del regreso


"Una vez muerta la bestia he de volver"

predije el día en que sin saberlo

sostuve hilo y espada en sendas manos

como repitiendo el mito

y como en él, al laberinto dio la puerta

y al despliegue del tiempo como hilo

tantas hebras en la mano

ya sucias de cornisas y tensiones

tantas, como cabellos contados

hebras que esperan el repliegue

el nuevo tiempo que recoja

otro tiempo como hilo

otros pasos —territorios como tiempos

canales a tu puerto, a la patria verdadera—

me entregarán como un ovillo

el día que rindas en mis dedos

un papel madriguera de un poema

que has iniciado borroneando

"una vez muerta la bestia he de volver".


(Carlos Arboleda López. Luxemburgo. 1999.)


Teoría del regreso / 2


Y de repente, ciudad mía,

te resuelves en la suma desfasada

de postales más reales que ti misma,

uno se olvida que el tiempo como lluvia

te labra, marca arrugas, se evapora

te encontraré un día tan cambiada

y me hallarás tan extranjero

que nos amaremos desvencijada, intensamente

como se quieren sólo un par de pasajeros

en el vagón de un tren, de un metro,

con el ruido goteando como flecos

con el miedo lloviendo como fuego

y el silencio incubándose en los puños,

en las suelas y pulmones,

con la fugaz paciencia, la dulzura

de que se alimentan los fingidos llantos

y los no tan fingidos, también,

con reglamentarios diez segundos, antesala

del knockout de la última esperanza.

luego stop, aquí me bajo

y el abrazo despidiente y paliativo.


(Carlos Arboleda López. Luxemburgo. 1999.)

Teoría del regreso / 3


Tus rostros en tu rostro

iluminan el nadir

donde

las almas en mi alma

esperan eclipses

parcialmente totales

de mí.


(Carlos Arboleda López. Luxemburgo. 1999.)


Discurso del poeta / 2

Me gusta juntar poemas buenos y poemas malos

con el único fin de no tener fines,

los junto como se juntan los días con las noches

con más días y más noches,

llenos de noia unas veces

llenas de gozo, otras.

pero los días y las noches no se dan por enterados

no distinguen lo que es bueno ni deciden lo que es malo

no conocen el tedio ni se bañan en júbilo

ése es mi problema, no se culpe a nadie.

aun así, los junto como a los poemas

los junto como a las personas

que, dicho sea de paso, son personas solamente:

máscaras y etimologías

que gastan su tiempo, sus cigarros,

en controversias

llenas de noia unas veces

llenas de gozo, otras.

y la poesía

sólo es eso:

poesía,

llena de poemas como colillas apagadas.


(Carlos Arboleda López. Luxemburgo. 1999.)


miércoles, 18 de agosto de 2010

Discurso del poeta


He aprendido a escribir sin pluma

a marchar como ciego

que ha dejado tirado

el bastón en el camino

como verdadero ciego

como músico que abandona el instrumento

para volverse música

nunca melancólico

siempre iluminado

y toda ruta

todo signo

todo medio

me son insuficientes,

unos dirán por impotencia

otros dirán por estatura

yo no diré nada.

si intento algún apoyo

todo es demagogia

todo es castración

todo es escenario.

mas si callo y me abandono

es sólo el silencio

postigo abierto al sol

o a la noche

o al relámpago

más ciertos que este timbre sin su piano

más ciertos que este piano sin sus dedos

más ciertos que estos dedos sin su pluma

más ciertos que esta pluma sin palabras.


(Carlos Arboleda López. Luxemburgo. 1998.)