No es en tu rostro que tu rostro habita
no es en tu mano donde mora tu caricia
habitan en el punzón que con paciencia
tatúa cada surco que atraviesa
un músculo,
lluvia nueva
en calle vieja.
(Carlos Arboleda López. Pfaffenthal, Luxemburgo. 1998.)
No es en tu rostro que tu rostro habita
no es en tu mano donde mora tu caricia
habitan en el punzón que con paciencia
tatúa cada surco que atraviesa
un músculo,
lluvia nueva
en calle vieja.
(Carlos Arboleda López. Pfaffenthal, Luxemburgo. 1998.)
La fisura en una piedra
la flama que enmelena una cerilla
cada arruga de tu frente
espirales recurrentes
la mancha en la madera
la ligereza del pétalo
el hematoma tras el atraco
aromas
los movimientos simulados
de la música
.......................cada fina
...........................................piel.