Hoy me esperan en algún puerto
hoy diluvia sobre el desierto
hoy no hay sombra ni parapeto
hoy me quieren semidespierto
hoy abro los ojos
hoy vuelvo a tu seno
hoy curo las llagas
hoy, tiempo sin tiempo
hoy quedan los pianos abiertos
hoy me tientan todos los nexos
hoy no hay virtud y no hay defecto
hoy quiebro todos los reflejos
siete son los días
y siete son las lunas
siete son los fuegos
y siete, las frecuencias
hoy
porque hoy no me tortura un silencio
hoy no pesa lo que recuerdo
hoy no importa si no me acuerdo
que hoy he salido del infierno.
(Carlos Arboleda López. Madrid. 2000.)