llego a casa, enciendo el televisor
y no estás amor
café caliente, ganas de sonreir
cuentas pendientes, llaves, un souvenir
y el teléfono
quién sabe si tu luna, mi amor
se estaba acercando, se estaba acercando
quién sabe si esta llaga, mi amor
estaba sangrando, estaba sangrando
lo cierto es que este círculo
algún rato se tendrá que cerrar
nunca inventamos nada
sigues siendo aquella sombra implacable
sigues siendo como un perro en la calle
como un búmerang
tengo un rollo que pronto va a estallar
tengo un sueño que pronto va a acabar
contigo, mi amor
oh nena, no voy a girar
por más que insistas nunca voy a girar.
(Carlos Arboleda López. Quito, Ecuador. 1989.)
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