sábado, 4 de septiembre de 2010

Falsos clavos


El funámbulo cae de su cuerda

tres personas se retiran del lugar

se oyen gritos pero nadie le recoge

él cojea pero ríe sin parar

hubo un chico que peleaba en cada esquina

sin dudarlo era el mejor de la ciudad

cuando al fin entró al negocio el jefe dijo:

“al octavo al suelo y déjate ganar”

es un juego de chicos

una venta de esclavos

quitarle el dulce a un niño

clavar con falsos clavos

“las canciones de ahora ya no sirven”

piensa el tipo de la fila más atrás

decidido reclama ante el gerente, quien responde:

“pagado el importe no hay devolución”.




(Carlos Arboleda López. Luxemburgo. 1998.)






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