Me gusta juntar poemas buenos y poemas malos
con el único fin de no tener fines,
los junto como se juntan los días con las noches
con más días y más noches,
llenos de noia unas veces
llenas de gozo, otras.
pero los días y las noches no se dan por enterados
no distinguen lo que es bueno ni deciden lo que es malo
no conocen el tedio ni se bañan en júbilo
ése es mi problema, no se culpe a nadie.
aun así, los junto como a los poemas
los junto como a las personas
que, dicho sea de paso, son personas solamente:
máscaras y etimologías
que gastan su tiempo, sus cigarros,
en controversias
llenas de noia unas veces
llenas de gozo, otras.
y la poesía
sólo es eso:
poesía,
llena de poemas como colillas apagadas.
(Carlos Arboleda López. Luxemburgo. 1999.)
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